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La hambruna continuaba, por lo que Israel LES dijo a sus hijos que volvieran a Egipto a comprar más alimentos. Judá le dijo a su padre Jacob: “Envía al muchacho conmigo, y nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no perezcamos, tanto nosotros como tú y nuestros pequeños. Yo me haré responsable de él; de mi mano lo demandarás.” (Génesis 43:8-9a, LBLA) – Número de diapositiva 1
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Los hermanos, incluido Benjamín, regresaron a José en Egipto. Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al mayordomo de su casa: ”Haz entrar a estos hombres a casa, y mata un animal y prepáralo, porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.” Los hermanos tuvieron miedo y le dijeron al criado de José... (Génesis 43:16, LBLA) – Número de diapositiva 2
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y dijeron: “Oh señor mío, ciertamente descendimos la primera vez para comprar alimentos; y sucedió que cuando llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y he aquí, el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, todo nuestro dinero. Así que lo hemos vuelto a traer en nuestra mano”. Y él dijo: “No os preocupéis, no temáis”. (Génesis 43:20-21,23a, LBLA) – Número de diapositiva 3
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Los hermanos fueron acompañados a la sala para la comida. José entró. ...y ellos se inclinaron en reverencia. Al alzar él sus ojos y ver a su hermano Benjamín, hijo de su madre, dijo: “¿Es éste vuestro hermano menor de quien me hablasteis?” Y dijo: Dios te imparta su favor, hijo mío”. Y José se apresuró a salir, pues se sintió profundamente conmovido a causa de su hermano y buscó dónde llorar... (Génesis 43:28b-29, LBLA) – Número de diapositiva 4
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José comió lejos de sus hermanos. Y los sentaron delante de él, el primogénito conforme a su primogenitura, y el más joven conforme a su juventud, y los hombres se miraban unos a otros con asombro. Él les llevó porciones de su propia mesa, pero la porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de cualquiera de ellos. (Génesis 43:33-34a, LBLA) – Número de diapositiva 5
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Entonces José ordenó al mayordomo de su casa, diciendo: “Llena de alimento los costales de los hombres, todo lo que puedan llevar, y pon el dinero de cada uno de ellos en la boca de su costal. Y mi copa, la copa de plata, ponla en la boca del costal del menor, con el dinero de su grano”. Y él hizo conforme a lo que había dicho José. (Génesis 44:1b-2, LBLA) – Número de diapositiva 6
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José dijo al mayordomo de su casa: “Levántate, sigue a esos hombres; y cuando los alcances, diles: «¿Por qué habéis pagado mal por bien? ¿No es esta la copa en que bebe mi señor, y que de hecho usa para adivinar? Obrasteis mal en lo que hicisteis»”. (Génesis 44:4b-5, LBLA) – Número de diapositiva 7
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Cuando el mayordomo los alcanzó y los culpó de haber robado, dijeron: “He aquí, el dinero que encontramos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos a traer de la tierra de Canaán. ¿Cómo, pues, habíamos de robar de la casa de tu señor plata u oro? Aquel de tus siervos que sea hallado con ella, que muera, y también nosotros entonces seremos esclavos de mi señor”. (Génesis 44:8-9, LBLA) – Número de diapositiva 8
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Ellos se dieron prisa; cada uno bajó su costal a tierra, y cada cual abrió su costal. Y él registró, comenzando con el mayor y acabando con el menor; y la copa fue hallada en el costal de Benjamín. Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y después de cargar cada uno su asno, regresaron a la ciudad. (Génesis 44:11-13, LBLA) – Número de diapositiva 9
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Entonces dijo Judá: “Dios ha descubierto la iniquidad de tus siervos; he aquí, somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue encontrada la copa”. <br/>Mas José respondió: “Lejos esté de mí hacer eso. El hombre en cuyo poder ha sido encontrada la copa será mi esclavo; pero vosotros, subid en paz a vuestro padre”. (Génesis 44:16b-17, LBLA) – Número de diapositiva 10
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Judá le rogó a José: “Ahora pues, te ruego que quede este tu siervo como esclavo de mi señor, en lugar del muchacho, y que el muchacho suba con sus hermanos. Pues, ¿cómo subiré a mi padre no estando el muchacho conmigo, sin que yo vea el mal que sobrevendrá a mi padre?” (Génesis 44:33-34, LBLA) – Número de diapositiva 11
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Y José no pudo controlarse y dijo a sus hermanos: “Acercaos ahora a mí”. Y ellos se acercaron, y él dijo: “Yo soy vuestro hermano José, a quien vosotros vendisteis a Egipto. Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido aquí; pues para preservar vidas me envió Dios delante de vosotros.” Entonces se echó sobre el cuello de su hermano Benjamín, y lloró; y Benjamín también lloró sobre su cuello. (Génesis 45:4b-5,14, LBLA) – Número de diapositiva 12
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Y José unció su carro y subió a Gosén para ir al encuentro de su padre Israel; y apenas lo vio, se echó sobre su cuello y lloró largamente sobre su cuello. ”Entonces Israel dijo a José: Ahora ya puedo morir, después que he visto tu rostro y sé que todavía vives”.  (Génesis 46:29–30, LBLA) – Número de diapositiva 13
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Años más tarde, José dijo a sus hermanos: “Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os cuidará y os hará subir de esta tierra a la tierra que Él prometió en juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob”.<br/>Luego José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: “Dios ciertamente os cuidará, y llevaréis mis huesos de aquí”. (Génesis 50:24-25, LBLA) – Número de diapositiva 14
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Número de diapositiva 15