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Cuando José fue llevado a Egipto, Potifar, un oficial egipcio de Faraón, capitán de la guardia, lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allá. Y el Señor estaba con José, que llegó a ser un hombre próspero, y estaba en la casa de su amo el egipcio. (Génesis 39:1-2, LBLA) – Número de diapositiva 1
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Y era José de gallarda figura y de hermoso parecer. Sucedió después de estas cosas que la mujer de su amo miró a José con deseo y le dijo: “Acuéstate conmigo”. Pero él rehusó... Y ella insistía a José día tras día, pero él no accedió a acostarse con ella o a estar con ella. (Génesis 39:6b-8a,10, LBLA) – Número de diapositiva 2
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Pero sucedió un día que él entró en casa para hacer su trabajo, y no había ninguno de los hombres de la casa allí dentro; entonces ella lo asió de la ropa, diciendo: ¡Acuéstate conmigo! Mas él le dejó su ropa en la mano, y salió huyendo afuera. (Génesis 39:11-12, LBLA) – Número de diapositiva 3
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Cuando su amo oyó las palabras de su mujer, que le decía: "Esto es lo que me hizo tu esclavo", se encendió su ira. Así que el amo de José lo tomó y lo puso en la cárcel, el lugar donde se confinaba a los prisioneros del rey; y allí estuvo en la cárcel. (Génesis 39:19-20, LBLA) – Número de diapositiva 4
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Y el jefe de la cárcel confió en mano de José a todos los presos que estaban en la cárcel, y de todo lo que allí se hacía él era responsable. El jefe de la cárcel no supervisaba nada que estuviera bajo la responsabilidad de José, porque el Señor estaba con él, y todo lo que él emprendía, el Señor lo hacía prosperar. (Génesis 39:22-23, LBLA) – Número de diapositiva 5
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Después de estas cosas, sucedió que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto. Y Faraón se enojó contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos. Y los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel, en el mismo lugar donde José estaba preso. (Génesis 40:1-3, LBLA) – Número de diapositiva 6
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El jefe de los coperos contó su sueño a José y le dijo: "En mi sueño, he aquí que había una vid delante de mí, y en la vid había tres pámpanos. Y mientras brotaba, salían sus flores, y sus racimos producían uvas maduras. Y la copa del Faraón estaba en mi mano; así que tomé las uvas y las exprimí en la copa del Faraón, y puse la copa en la mano del Faraón". (Génesis 40:9-11, LBLA). – Número de diapositiva 7
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Entonces José le dijo: “Entonces José le dijo: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. Dentro de tres días Faraón levantará tu cabeza, te restaurará a tu puesto y tú pondrás la copa de Faraón en su mano como acostumbrabas antes cuando eras su copero”. (Génesis 40:12-13, LBLA) – Número de diapositiva 8
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“Solo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya bien, y te ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. Porque la verdad es que yo fui secuestrado de la tierra de los hebreos, y aun aquí no he hecho nada para que me pusieran en el calabozo". (Génesis 40:14-15, LBLA) – Número de diapositiva 9
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Cuando el jefe de los panaderos vio que había interpretado favorablemente, dijo a José: “Yo también vi en mi sueño, y he aquí, había tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza; y sobre la cesta de encima había toda clase de manjares hechos por un panadero para Faraón, y las aves los comían de la cesta sobre mi cabeza”. (Génesis 40:16-17, LBLA) – Número de diapositiva 10
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Entonces José respondió, y dijo: “Esta es su interpretación: las tres cestas son tres días; dentro de tres días Faraón te quitará la cabeza de sobre ti, te colgará en un árbol y las aves comerán tu carne”. (Génesis 40:18-19, LBLA) – Número de diapositiva 11
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Todo sucedió tal como José se lo dijo al copero y al panadero. El copero volvió a servir al Faraón y se olvidó de José. Nada cambió para José y siguió prisionero durante muchos días. (Génesis 40:20-23, LBLA) – Número de diapositiva 12
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Y aconteció que al cabo de dos años, Faraón tuvo un sueño; y he aquí, soñó que estaba de pie junto al Nilo. Y de pronto, del Nilo subieron siete vacas de hermoso aspecto y gordas, y pacían en el carrizal. Pero he aquí, otras siete vacas de mal aspecto y flacas subieron del Nilo detrás de ellas; y las vacas de mal aspecto y flacas devoraron a las siete vacas de hermoso aspecto y gordas”. (Génesis 41:1-4, LBLA) – Número de diapositiva 13
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Faraón despertó, pero se quedó dormido y soñó por segunda vez; y he aquí que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña. Y he aquí que siete espigas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquellas. Y las espigas menudas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. Entonces Faraón despertó, y he aquí, era un sueño. (Génesis 41:5-7, LBLA) – Número de diapositiva 14
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El Faraón estaba muy molesto por los sueños. Ninguno de los magos egipcios pudo interpretarle el sueño al Faraón. Entonces el jefe de los coperos le contó al Faraón cómo José había interpretado sus sueños y los del panadero. Dios dijo la interpretación correcta de los sueños a través de José. (Génesis 41:9-13) – Número de diapositiva 15
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Entonces Faraón mandó llamar a José, y lo sacaron aprisa del calabozo; y después de afeitarse y cambiarse sus vestidos, Faraón le pidió a José que le interpretara lo que había soñado. José le dijo: “No está en mí; Dios dará a Faraón una respuesta favorable”. Y Faraón dijo a José: “En mi sueño, he aquí, yo estaba de pie a la orilla del Nilo. Y vi siete vacas gordas y de hermoso aspecto que salieron del Nilo; y pacían en el carrizal. Pero he aquí, otras siete vacas subieron detrás de ellas, pobres, de muy mal aspecto y flacas y las vacas flacas y feas devoraron las primeras siete vacas gordas, pero su aspecto era como al principio. Entonces me desperté. Y he aquí, en mi sueño también vi que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña. Y he aquí que siete espigas marchitas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquellas; y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y se lo conté a los adivinos, pero no hubo quien me lo pudiera explicar. (Génesis 41:14-24) – Número de diapositiva 16
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José respondió: "Dios le ha dicho al Faraón lo que está a punto de hacer. Las siete vacas buenas y las buenas espigas son siete años de abundancia. Las siete vacas flacas y las siete espigas flacas indican que vendrán siete años de hambre. Que el Faraón busque un hombre perspicaz y sabio y lo ponga sobre la tierra de Egipto. Hay que almacenar alimentos en los años de abundancia para utilizarlos en los años de hambre". (Génesis 41:25-47) – Número de diapositiva 17
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Entonces el Faraón dijo a José: "Ya que Dios te ha informado de todo esto, no hay nadie tan perspicaz y sabio como tú. Te convertirás en mi segundo al mando sobre toda la tierra. El Faraón se quitó el anillo de sello de su mano y lo puso en la de José, y lo vistió con ropas de lino fino y con el collar de oro al cuello. José tenía treinta años cuando sucedió esto y durante los siete años de abundancia puso en cada ciudad los alimentos de sus propios campos circundantes en gran abundancia como la arena del mar". (Génesis 41:38-44) – Número de diapositiva 18
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Número de diapositiva 19