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Jesús murió por los pecadores

Jesús es traicionado, se enfrenta a la injusticia y es crucificado por nuestros pecados.
Contribución de YO! Ministry
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Jesús viaja a Jerusalén con sus discípulos para celebrar la Pascua. Los discípulos de Jesús están preocupados por estar en Jerusalén porque saben que algunos de los líderes religiosos judíos quieren dar muerte a Jesús. (Mateo 26:3-4). Nota: Los mapas representan posibles lugares. – Número de diapositiva 1
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Aunque Jerusalén era la capital de Israel, los romanos la gobernaban. La Pascua había atraído a una multitud de visitantes a Jerusalén. Jesús les dijo a los discípulos que busquen a un hombre que llevaba un cántaro de agua y que los conduciría al lugar donde celebrarían la cena de la Pascua. (Marcos 14:12-16) – Número de diapositiva 2
3
Llega la noche cuando Jesús y sus discípulos comienzan la cena de la Pascua en el aposento alto. Jesús les enseña a sus discípulos muchas cosas importantes. Jesús no quería ser interrumpido por los hombres que lo odiaban por lo que se celebró en un lugar secreto del cual aún hoy no estamos seguros de su ubicación. – Número de diapositiva 3
4
Durante la cena de la Pascua, Jesús reveló que uno de ellos lo traicionaría. Jesús dio una señal de que era Judas Iscariote. Entonces Satanás entró en Judas. Jesús dijo a Judas: "Lo que vas a hacer, hazlo pronto". Inmediatamente Judas salió de la presencia de Jesús y de los discípulos. (Juan 13:27) – Número de diapositiva 4
5
Durante la cena de la Pascua, Jesús oró con sus discípulos. Les enseñó la proximidad de su muerte. Los animó y les dio la última cena (Mateo 26:26-29). Jesús les ordenó que se amaran los unos a los otros como Él los amaba. (Juan 13:34) – Número de diapositiva 5
6
Después de la cena de la Pascua, Jesús fue al Monte de los Olivos con sus discípulos. Mientras tanto, Judas traicionaba a Jesús y les dijo a los sacerdotes que Jesús estaría en el Monte de los Olivos. Enviaron a algunos soldados con Judas y los enviaron a capturar a Jesús. (Juan 18:1-11) – Número de diapositiva 6
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En el Monte de los Olivos, Jesús pidió a sus discípulos que vieran cómo oraba. Jesús sabía de antemano el sufrimiento por el que iba a pasar. Valientemente, oró para que se hiciera la voluntad de Dios. Entonces los soldados vinieron con una turba y capturaron a Jesús. Atemorizados, los discípulos huyeron. (Lucas 22:39-53) – Número de diapositiva 7
8
Los soldados llevaron a Jesús al hogar del sumo sacerdote Anás. Este interrogó a Jesús y luego su oficial lo golpeó. Mientras tanto en el patio, Pedro negó a Jesús 3 veces. Después Anás envió a Jesús a Caifás, el sumo sacerdote. (Juan 18:12-27) – Número de diapositiva 8
9
Al amanecer, Jesús fue llevado a la sala del concilio (posiblemente en el recinto del templo). Caifás (yerno de Anás), el sumo sacerdote, los principales sacerdotes y los escribas se reunieron en la cámara para interrogar a Jesús. (Lucas 22:66-71) – Número de diapositiva 9
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Caifás y los líderes religiosos seguían tratando de obtener un falso testimonio contra Jesús, para poder condenarlo a muerte. Lo encontraron culpable de blasfemia. La pena de la ley judía para la blasfemia era la muerte. (Mateo 26:57-68) – Número de diapositiva 10
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Solo los romanos podían dar muerte a Jesús. Así que los soldados y los sacerdotes llevaron a Jesús ante el gobernante romano llamado Pilato. Este estaba de visita en Jerusalén desde Cesarea y se alojaba en el Pretorio (el antiguo palacio del que fuera gobernante, Herodes el Grande). – Número de diapositiva 11
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Los judíos llevaron a Jesús a Pilato con la esperanza de que siguiera su plan de dar muerte a Jesús. Los judíos, para engañar a Pilato y hacer que Jesús pareciera un traidor, mintieron a Pilato, el cual no pudo encontrar ninguna culpa en Jesús. (Lucas 23:1-7) – Número de diapositiva 12
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Cuando Pilato se enteró de que Herodes el Tetrarca, (hijo de Herodes el Grande) gobernador sobre la zona de Galilea, estaba en Jerusalén, Pilato hizo que los soldados le llevaran a Jesús. Pilato esperaba que Herodes el Tetrarca se encargara de este asunto por él. (Lucas 23:6-7) – Número de diapositiva 13
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Herodes se alegró de ver a Jesús porque había oído hablar de sus milagros. Esperaba que Jesús hiciera un milagro para él. Jesús conocía el corazón malvado de Herodes y no quiso hacer un milagro para él. Así que Herodes se burló de Jesús y le dio un manto de color púrpura. (Lucas 23:8-11) – Número de diapositiva 14
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Después de que Herodes terminó de burlarse de Jesús, lo envió de vuelta a Pilato en el Pretorio. Antes de este momento, Pilato y Herodes eran enemigos; pero ahora, de repente, se hicieron amigos. (Lucas 23:11-12) – Número de diapositiva 15
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Pilato preguntó a los judíos que qué mal había hecho Jesús. Le respondieron que Jesús era un malhechor. La costumbre romana era liberar a un prisionero durante la Pascua. La multitud le gritó a Pilato que liberara a Barrabás en lugar de Jesús. (Juan 18:29-40) – Número de diapositiva 16
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Pilato le entregó a Jesús a los soldados. Estos lo apartaron para azotarlo. Le colocaron una corona de espinas y le pusieron un manto púrpura  y le gritaban : "Salve, rey de los judíos" y le abofeteaban. (Juan 19:1-3) – Número de diapositiva 17
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Una vez más, Pilato presentó a Jesús a la multitud. Pilato dijo: “He aquí el Hombre”. Al ver a Jesús, gritaron: "¡Crucifícalo, crucifícalo!". Pilato cedió a la voluntad del pueblo y les dio permiso para crucificar a Jesús. (Juan 19:4-16) – Número de diapositiva 18
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Llevaron a Jesús con su propia cruz fuera de la ciudad al lugar llamado Lugar de la Calavera (Gólgota). Junto con Jesús, dos malhechores iban a ser crucificados al mismo tiempo. (Juan 19:17) – Número de diapositiva 19
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La cruz fue depositada en el suelo. Colocaron a Jesús en la cruz y le clavaron las manos y los pies. No rompieron los huesos de Jesús. Pilato colocó un cartel sobre Jesús que decía 'Jesús el Nazareno, el Rey de los Judíos'. (Juan 19:16-37) – Número de diapositiva 20
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Los soldados tomaron las ropas de Jesús y se las repartieron echando a suertes. La gente se burlaba de Jesús diciendo: "Ha salvado a otros; que se salve a sí mismo...". La tierra se oscureció.<br/>Jesús dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu”.<br/>El centurión dijo: “Ciertamente este hombre era inocente”. (Lucas:23:33-49) – Número de diapositiva 21
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Número de diapositiva 22