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Jesús sana al siervo de un centurión

Un centurión romano se convierte en un ejemplo de fe al creer que Jesús tenía autoridad para sanar a su siervo.
Contribución de YO! Ministry
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Había un centurión romano que vivía en los alrededores de Capernaúm. Un centurión romano era una persona muy poderosa a cargo de cien soldados. Este centurión era respetado y ayudaba al pueblo judío. – Número de diapositiva 1
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El siervo del centurión romano enfermó de muerte. El centurión trató de ayudar a su siervo, pero sin éxito. Al mismo tiempo, Jesús se hacía famoso por sanar a la gente. Incluso los romanos habían oído hablar del poder de Jesús para sanar. – Número de diapositiva 2
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Normalmente, los romanos y los judíos no se agradaban mutuamente. Jesús era judío. Así que el centurión romano pidió a algunos judíos importantes que fueran a pedirle a Jesús que viniera a ayudar a su siervo. Esto fue probablemente incómodo para estos hombres. – Número de diapositiva 3
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Muchos judíos se maravillaban del poder de Jesús, pero a algunos líderes judíos no les gustaba. Los ancianos quizá eran reacios a acercarse a Jesús, pero como el centurión era muy respetado, hicieron lo que les pidió. – Número de diapositiva 4
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Cuando los ancianos judíos se acercaron a Jesús, le rogaron que fuera a ver al centurión. Le dijeron a Jesús que el centurión era digno de la molestia de Jesús porque el centurión amaba al pueblo judío y había construido su sinagoga local. – Número de diapositiva 5
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Jesús aceptó desviarse de su camino para ayudar al centurión romano "gentil" y a su siervo. El centurión vivía alejado del pueblo judío, en las afueras de Capernaúm, donde había una guarnición romana. Muchos judíos nunca entrarían en la casa de un gentil. – Número de diapositiva 6
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Cuando Jesús se acercó a la casa, el centurión envió a sus amigos diciendo a Jesús: “Señor, no te molestes más, porque no soy digno de que entres bajo mi techo. Por eso ni siquiera me consideré digno de venir a Ti...” – Número de diapositiva 7
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Aunque el centurión era un hombre muy poderoso, también era humilde. A Dios le gusta la gente humilde. El centurión creía que Jesús tenía la autoridad de Dios para sanar a la gente. – Número de diapositiva 8
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El centurión le dijo a Jesús que tenía el poder de darles órdenes a sus soldados que fueran a cumplir cualquiera de sus deseos, y de la misma manera Jesús tenía el poder de simplemente ordenar que su siervo fuera sanado. – Número de diapositiva 9
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Jesús se asombró cuando escuchó esto. Se dirigió a la multitud que le seguía y dijo: "...ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande". El centurión creyó en Jesús y en el poder de Dios. – Número de diapositiva 10
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Cuando los amigos del centurión regresaron a su casa, hubo una gran alegría porque su siervo estaba completamente sanado. El centurión romano era poderoso, humilde y, sobre todo, sabio al tener fe en Jesús. – Número de diapositiva 11
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Número de diapositiva 12