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Entonces el Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. – Número de diapositiva 1
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El Señor Dios mandó al hombre, diciendo: “De cualquier árbol del jardín puedes comer libremente; pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él morirás”. – Número de diapositiva 2
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Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ese fue su nombre. – Número de diapositiva 3
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Y el Señor Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”.  Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y este se durmió; entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer... – Número de diapositiva 4
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y la trajo al hombre. Y el hombre dijo: “Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada”. – Número de diapositiva 5
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Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: “¿Conque Dios os ha dicho: No comeréis de ningún árbol del huerto”? – Número de diapositiva 6
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Y la mujer respondió a la serpiente: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis”. – Número de diapositiva 7
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Y la serpiente dijo a la mujer: “Ciertamente no moriréis. Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal”. – Número de diapositiva 8
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Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió. – Número de diapositiva 9
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Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. – Número de diapositiva 10
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Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: “¿Dónde estás?”<br/>Y él respondió: “Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí”. – Número de diapositiva 11
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Y Dios le dijo: “¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras?”<br/>Y el hombre respondió: “La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.” – Número de diapositiva 12
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Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: “¿Qué es esto que has hecho?”<br/>Y la mujer respondió: “La serpiente me engañó, y yo comí”. – Número de diapositiva 13
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Y el Señor Dios dijo a la serpiente: “Por cuanto has hecho esto, maldita serás más que todos los animales, y más que todas las bestias del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida”. – Número de diapositiva 14
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“Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el calcañar”. – Número de diapositiva 15
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A la mujer dijo: “En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti”. – Número de diapositiva 16
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Entonces dijo a Adán: “Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: «No comerás de él», <br/>maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y abrojos te producirá, y comerás de las plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”. – Número de diapositiva 17
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Entonces el Señor Dios dijo: “He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre”. – Número de diapositiva 18
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Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida. – Número de diapositiva 19
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Número de diapositiva 20