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Pablo y Silas en la cárcel

Mientras Pablo y Silas alaban a Dios en la cárcel ocurre un terremoto.
Contribución de Richard Gunther
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Pablo estaba en la ciudad romana de Filipos y había mostrado el poder de Jesús al liberar a una esclava de un espíritu maligno que le daba la capacidad de adivinar el futuro. Sus amos, que ganaban dinero con su adivinación, estaban furiosos. Convocaron a una turba enojada que arrastró a Pablo y a Silas ante los jueces locales. Condenaron a Pablo y a Silas a ser azotados con varas en la espalda y a ser encarcelados. – Número de diapositiva 1
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Pablo y Silas fueron severamente azotados y echados a la cárcel, – Número de diapositiva 2
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El carcelero fue amenazado con la muerte si se escapaban, así que no se arriesgó. – Número de diapositiva 3
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Los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo. – Número de diapositiva 4
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A pesar de tener mucho dolor y ser tratados muy injustamente, hacia la medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos al Señor. – Número de diapositiva 5
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Los otros prisioneros los escuchaban. – Número de diapositiva 6
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Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas. – Número de diapositiva 7
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y las cadenas de todos se soltaron. – Número de diapositiva 8
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El carcelero se despertó y vio  que las puertas estaban abiertas. – Número de diapositiva 9
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Pensó que los prisioneros debían haberse escapado o estaban tratando de hacerlo. – Número de diapositiva 10
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Sabiendo que esto significaría la muerte para él, decidió quitarse la vida allí mismo. Sacó su espada para suicidarse. – Número de diapositiva 11
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Pero Pablo le gritó: "¡No lo hagas! Estamos todos aquí!" – Número de diapositiva 12
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Temblando de miedo, el carcelero pidió luces y corrió al calabozo y se postró ante Pablo y Silas. – Número de diapositiva 13
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Les rogó: "Señores, ¿qué debo hacer para salvarme?" – Número de diapositiva 14
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Ellos respondieron: "Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y toda tu casa". – Número de diapositiva 15
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Entonces le hablaron a él y a todos los que vivían con él las buenas noticias sobre Jesús. – Número de diapositiva 16
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Enseguida, el carcelero lavó las heridas de Pablo y Silas. – Número de diapositiva 17
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Entonces él y toda su familia fueron bautizados. El carcelero llevó entonces a Pablo y a Silas a su casa para comer. – Número de diapositiva 18
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Los jueces de la ciudad vinieron a ver a Pablo y Silas a la mañana siguiente y les rogaron que abandonaran Filipos. Tras despedirse de los nuevos cristianos de la ciudad, Pablo y Silas continuaron su viaje. – Número de diapositiva 19
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Número de diapositiva 20