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Abram (más tarde llamado Abraham) y su sobrino Lot se habían trasladado a la tierra de Canaán. Ambos tenían grandes rebaños de ovejas y manadas de ganado que necesitaban pastos frescos. Como no había suficientes pastos para todos los animales de ambos, se producían discusiones y peleas entre los pastores y ganaderos de Abraham y de Lot. – Número de diapositiva 1
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Entonces Abram dijo a Lot: "No tengamos ninguna disputa entre tus pastores y los míos, pues somos parientes cercanos. Sigamos nuestros propios caminos. Tú elige a dónde quieres ir y yo iré en dirección contraria". – Número de diapositiva 2
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Lot miró a su alrededor y vio que la llanura del Jordán tenía mucha agua y buenas tierras. Así que Lot decidió montar sus tiendas cerca de la ciudad de Sodoma. Abram se fue en la otra dirección para vivir cerca de Hebrón, donde construyó un altar al Señor. – Número de diapositiva 3
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Pero Sodoma y las demás ciudades de la región elegida por Lot estaban llenas de gente muy malvada. No tenían tiempo para Dios, maltrataban a los pobres, hacían cosas muy malas y eran violentos. No era el lugar donde Lot y su familia debían vivir. Dios decidió que esta gente era tan malvada que había llegado el momento de poner fin a su mal comportamiento. – Número de diapositiva 4
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Dios envió a dos ángeles a la ciudad de Sodoma, donde encontraron a Lot sentado junto a la puerta de la ciudad. Él les invitó a entrar en su casa, donde le advirtieron: "¡Deprisa, sal de este lugar, porque el Señor está a punto de destruir la ciudad!". – Número de diapositiva 5
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Cuando Lot dudó, los ángeles le tomaron de la mano, así como a su mujer y a sus dos hijas, y los condujeron hasta fuera de la ciudad. "Huid por sus vidas", les exhortaron. "No miréis atrás y no os detengáis en ningún lugar de la llanura. Huid a las montañas o serán arrastrados". – Número de diapositiva 6
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Dios envió un terrible juicio sobre las ciudades malvadas de la llanura. Ceniza volcánica, sal y azufre ardiente llovieron sobre Sodoma y las ciudades cercanas. Lot y sus dos hijas obedecieron a Dios y salieron corriendo para ponerse a salvo, pero la mujer de Lot se detuvo y miró hacia atrás. Quedó tan cubierta de ceniza volcánica, humo y sal que se asfixió y parecía una columna de sal. – Número de diapositiva 7
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La Biblia nos advierte que es mucho mejor obedecer a Dios y estar a salvo, que desobedecerle y afrontar las consecuencias. – Número de diapositiva 8
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