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Ananías y Safira

Ananías y Safira creen que pueden salir impune de su engaño.
Contribución de Richard Gunther
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Un hombre llamado Ananías y su esposa Safira vendieron un campo. Tenían la intención de darlo todo para la causa de Dios. – Número de diapositiva 1
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Pero una vez que consiguieron el dinero, lo pensaron mejor. – Número de diapositiva 2
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Ananías, con pleno conocimiento de su esposa, se quedó con parte del dinero. – Número de diapositiva 3
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Luego tomó el resto del dinero y se lo llevó a Pedro y a los demás apóstoles. "Doy a Dios todo el dinero que he obtenido de la venta de mi campo", dijo Ananías. Pero Dios le dijo a Pedro lo contrario. – Número de diapositiva 4
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Pedro dijo: "Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte del precio del terreno? Mientras estaba sin venderse, ¿no te pertenecía? Y después de vendida, ¿no estaba bajo tu poder? ¿Por qué concebiste este asunto en tu corazón? No has mentido a los hombres sino a Dios". – Número de diapositiva 5
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Al oír esas palabras, Ananías cayó muerto. Eso puso el temor de Dios en todos los que lo oyeron. – Número de diapositiva 6
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Los hombres más jóvenes se pusieron manos a la obra y lo envolvieron, luego lo sacaron y lo sepultaron. – Número de diapositiva 7
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Tres horas después, entró Safira, no sabiendo lo que había sucedido. Pedro le preguntó: "Dime, ¿vendisteis el terreno en tanto?" – Número de diapositiva 8
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"Sí", mintió ella, "se lo dimos todo a Dios como ofrenda".<br />Pedro respondió: "¿Por qué os pusisteis de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? Mira, los pies de los que sepultaron a tu marido están a la puerta, y te sacarán también a ti". Nada más salir las palabras de su boca, ella también cayó muerta. – Número de diapositiva 9
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Cuando los jóvenes regresaron, encontraron su cuerpo. La sacaron y le dieron sepultura junto a su marido. – Número de diapositiva 10
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La noticia de estos terribles sucesos se extendió rápidamente y el temor a Dios se apoderó de toda la iglesia y de todos los que se enteraron de lo sucedido. Dios es un Dios de verdad. – Número de diapositiva 11
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Número de diapositiva 12