Usamos cookies para recopilar estadísticas generales de visitantes, pero no información personal. política de privacidad

El rey Acab contra el rey Ben-adad

El rey Acab pelea contra el rey Ben-adad, de Siria, pero se niega a obedecer a Dios.
Contribución de Richard Gunther
1
Ben-adad era el rey de Siria. Había reunido un gran ejército acompañado por 32 reyes con sus caballos y carros de guerra, listos para atacar la ciudad de Samaria en Israel. Después de rodear la ciudad, escribió una carta al rey Acab, que gobernaba el reino del norte de Israel. – Número de diapositiva 1
2
En la carta se jactaba ante el rey Acab de que pronto todo lo que poseía pasaría a ser de su propiedad. El rey Acab se tuvo miedo, pero el pueblo de Samaria le dijo: "No escuches a Ben-adad ni aceptes sus exigencias". – Número de diapositiva 2
3
Ben-adad envió otro mensaje a Acab: "Que los dioses me traten con severidad, si queda suficiente polvo en Samaria para dar un puñado a cada uno de mis hombres". <br />El rey Acab de Israel se enojó. "Dile a Ben-adad que más vale que no hable como si me hubiera vencido hasta que haya peleado contra mí". – Número de diapositiva 3
4
Poco después, Dios envió un profeta al rey Acab. Esto es lo que dice el Señor: "¿Ves este inmenso ejército? Hoy lo entregaré en tu mano, y entonces sabrás que yo soy el Señor". – Número de diapositiva 4
5
"¿Quién puede vencer al rey Ben-adad?", preguntó el rey Acab. <br />"Tus jóvenes dirigidos por los oficiales provinciales", respondió el profeta. "Debes tomar la iniciativa y comenzar la batalla".  <br />Así que el rey Acab salió a enfrentar al ejército sirio. Tenía 7 000 hombres con los jóvenes dirigidos por los oficiales provinciales en el frente, listos para cargar. – Número de diapositiva 5
6
Partieron al mediodía, mientras Ben-adad y los 32 reyes aliados estaban en sus tiendas emborrachándose. Un explorador informó que había hombres avanzando desde Samaria. <br />Ben-adad respondió: "Si han salido en busca de paz, captúralos y si han salido para la guerra, captúralos". – Número de diapositiva 6
7
Pero el pequeño ejército del rey Acab, dirigido por los jóvenes combatientes, peleó con fuerza y cada uno venció a su propio oponente. <br />Los sirios huyeron, con los israelitas en su persecución. Ben-adad logró escapar a caballo con algunos de sus jinetes. – Número de diapositiva 7
8
Después, el profeta del Señor le dijo al rey: "Fortalece tu posición y mira lo que hay que hacer, porque la próxima primavera el rey Ben-adad te volverá a atacar". – Número de diapositiva 8
9
Y efectivamente, en la primavera siguiente, Ben-adad había reunido otro ejército y marchaba para pelear contra el rey Acab. El rey de Siria tenía nuevas tácticas de batalla. Sabía que los israelitas eran buenos peleando en las colinas, así que quiso pelear contra ellos en las llanuras. – Número de diapositiva 9
10
El profeta del Señor le dijo a Acab: "Dice el Señor: «Como los sirios piensan que el Señor puede pelear en las colinas, pero no en los valles, yo entregaré este vasto ejército en tus manos, y sabrás que yo soy el Señor»".<br />Durante siete días, los dos ejércitos acamparon uno frente al otro y al séptimo día comenzó la batalla. – Número de diapositiva 10
11
El ejército israelita del rey Acab causó 100 mil bajas a los soldados de a pie sirios en un solo día. El resto del ejército de Ben-adad escapó a la ciudad de Afec, donde la muralla se derrumbó sobre 27 mil de ellos. – Número de diapositiva 11
12
Ben-adad se escondió en una habitación interior de la ciudad. Sus oficiales le dijeron: "Mira, hemos oído que los reyes de Israel son misericordiosos. Vayamos a ver al rey Acab con sacos en la cintura y cuerdas en la cabeza. Tal vez te perdone la vida". – Número de diapositiva 12
13
Llevando vestidos de cilicio en la cintura y cuerdas en la cabeza, fueron a ver al rey Acab y le dijeron: "Tu siervo Ben-adad dice: «Por favor, déjame vivir»". – Número de diapositiva 13
14
El rey Acab preguntó: "¿Sigue vivo Ben-adad? El es mi hermano".<br />"Sí, tu hermano Ben-adad está vivo", respondieron. <br />"Vayan a buscarlo", dijo el rey Acab. Cuando Ben-adad salió, Acab lo invitó a subir a su carro. – Número de diapositiva 14
15
Ben-adad prometió: "Te devolveré las ciudades que mi padre tomó de tu padre y podrás establecer tus propios mercados en Damasco, como mi padre hizo en Samaria".<br /> Acab dijo: "Haz un pacto y te dejaré ir". Así que hizo un pacto con él y lo dejó ir. – Número de diapositiva 15
16
El profeta del Señor se dirigió al rey Acab con un duro mensaje: "Dios te dijo que destruyeras a Ben-adad, pero lo dejaste ir. Por lo tanto, Dios te destruirá a ti".<br />Huraño y enojado, el rey Acab regresó a su palacio en Samaria. – Número de diapositiva 16
17
Tres años después, el rey Josafat, del reino de Judá, situado en el sur, fue a visitar al rey Acab. – Número de diapositiva 17
18
"Unamos nuestros ejércitos y vayamos juntos a pelear contra el rey Ben-adad", sugirió el rey Acab.<br />El rey Josafat pensó por un momento y luego dijo: "Deberíamos consultar al Señor Dios antes". – Número de diapositiva 18
19
Acab llamó a sus profetas, pero ellos adoraban a dioses falsos y les gustaba decirle al rey lo que quería oír. Vinieron 400 falsos profetas y declararon: "Ve a la batalla porque seguramente vencerás". – Número de diapositiva 19
20
El rey Josafat insistió en que se llamara a un verdadero profeta de Dios. Vino Micaías, un profeta del Señor, y proclamó: "Dios dice que perderás esta batalla, que tus ejércitos serán aplastados y que habrá una catástrofe". – Número de diapositiva 20
21
El rey Acab estaba tan enojado con la respuesta de Micaías que metió al profeta del Señor en la cárcel con instrucciones de mantenerlo allí hasta que regresara victorioso de la batalla. – Número de diapositiva 21
22
Ignorando el consejo del profeta del Señor, el rey Acab y el rey Josafat cabalgaron hacia la batalla. <br />Fue un desastre. Los sirios atacaron ferozmente al rey Josafat y éste tuvo que huir de vuelta a casa tan rápido como pudo. – Número de diapositiva 22
23
El rey Acab había ido a la batalla disfrazado como un soldado común y corriente, con muchas armaduras para protegerse. Durante la batalla una flecha perdida lo alcanzó, encontrando una pequeña brecha en su armadura. <br />"Estoy herido", gritó. "¡Sáquenme de aquí!" <br />Abandonó la batalla herido de muerte. – Número de diapositiva 23
24
El rey Acab murió esa misma noche. Los perros lamieron la sangre de su carro. Murió, tal como Dios había dicho que sucedería. ¡Si tan solo hubiera escuchado al Señor! – Número de diapositiva 24
25
Número de diapositiva 25