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Los discípulos no habían creído lo que decían las mujeres que habían visitado la tumba, esto es, que Jesús estaba vivo. Ese mismo día, más tarde, dos de ellos estaban caminando por el pueblo cercano de Emaús y Jesús se apareció ante ellos. Regresaron corriendo para contar las noticias. Esa noche, los discípulos trabaron las puertas de la habitación donde se encontraban por temor a que los judíos pudieran arrestarlos. – Número de diapositiva 1
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Mientras estaban hablando, Jesús mismo apareció entre ellos y dijo:<br/>–La paz sea con ustedes.<br/>Ellos pensaron que estaban viendo un fantasma y se asustaron. – Número de diapositiva 2
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Jesús les dijo:<br/>–¿Por qué están tan angustiados y tienen dudas? Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tóquenme y vean. Un fantasma no tiene carne ni hueso como yo. – Número de diapositiva 3
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Jesús les mostró las cicatrices de sus manos y sus pies, donde había sido clavado en la cruz. Los discípulos estaban llenos de alegría y asombro, pero todavía pensaban que estaban viendo un fantasma.<br/>–¿Tienen algo de comer aquí? –preguntó Jesús. – Número de diapositiva 4
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Le dieron un trozo de pescado hervido y Jesús comió mientras ellos miraban. Ahora sabían que no estaban viendo un fantasma. – Número de diapositiva 5
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Luego, Jesús les empezó a explicar que siempre había sido el plan de Dios que el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos el tercer día, y que esto estaba en las escrituras. – Número de diapositiva 6
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Jesús les dijo que se predicaría en su nombre el arrepentimiento para el perdón de los pecados en todas las naciones, comenzando por Jerusalén.<br/>–Ustedes son testigos de estas cosas –explicó Jesús–. Enviaré al Espíritu Santo que les dará el poder de lo alto.<br/>Entonces, Jesús desapareció de su vista. – Número de diapositiva 7
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Ahora bien, uno de los discípulos de Jesús, Tomás, no estaba allí. Cuando los demás le contaron que habían visto al Señor, él no les creyó.<br/>–A menos que lo vea y toque las marcas de los clavos en sus manos y ponga mi mano en la herida de su costado, no lo creeré –anunció Tomás. – Número de diapositiva 8
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Una semana más tarde, los discípulos estaban en la casa otra vez y, esta vez, Tomás estaba con ellos. Las puertas estaban trabadas. – Número de diapositiva 9
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De pronto, Jesús apareció y dijo:<br/>–La paz sea con ustedes.<br/>Luego, volviéndose a Tomás, Jesús dijo:<br/>–Coloca tu dedo aquí, mira mis manos. Extiende la mano y colócala en mi costado. Deja de dudar y cree. – Número de diapositiva 10
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Tomás respondió:<br/>–¡Mi señor y mi Dios! – Número de diapositiva 11
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Luego, Jesús le dijo a Tomás:<br/>–Tú has creído porque me has visto. ¡Cuán felices son aquellos que creen aunque no me hayan visto! – Número de diapositiva 12
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Número de diapositiva 13