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Roboam y Jeroboam: el Reino se divide

Cuando Roboam se convierte en rey, diez tribus se rebelan y eligen a Jeroboam para que los gobierne.
Contribución de Sweet Publishing
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El Rey Salomón construyó el templo en Jerusalén para que las personas adoraran a Dios. Sin embargo, aunque Dios le había dicho a su gente que no se casaran con personas de otras naciones que adoraban ídolos, Salomón se casó con muchas mujeres extranjeras (700 de nacimiento real y 300 concubinas). – Número de diapositiva 1
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Cuando Salomón envejeció, sus esposas volvieron su corazón hacia otros dioses y el propio corazón de Salomón no era completamente devoto a Dios. En una colina al este de Jerusalén, Salomón construyó un elevado lugar para Quemos, el dios de Moab, y para Moloc, el dios de los amonitas. – Número de diapositiva 2
3
Él permitió que se construyeran altares para los dioses de sus esposas, incluido un altar para Astoret, la diosa de los sidonianos. – Número de diapositiva 3
4
El Señor se enojó con Salomón por haberse alejado de Él y por ofrecer sacrificios a los ídolos. – Número de diapositiva 4
5
Dios le dijo a Salomón:<br/>–Dado que esta es tu actitud y no has mantenido mis mandamientos, te quitaré tu reino y se lo daré a otra persona. Por respeto a tu padre David, esto no ocurrirá durante tu vida sino cuando tu hijo ascienda al trono. – Número de diapositiva 5
6
Cuando Salomón estaba reconstruyendo el Fuerte Millo, puso a cargo de los trabajadores a un hombre muy capaz y trabajador llamado Jeroboam. – Número de diapositiva 6
7
Un día, cuando Jeroboam estaba saliendo de Jerusalén, el profeta Ahías, que se había puesto una túnica nueva, se encontró con él y le habló a solas en un campo. – Número de diapositiva 7
8
Ahías desgarró la túnica nueva en doce pedazos y le dijo a Jeroboam:<br/>–Toma estos trozos, porque Dios le quitará el reino a Salomón y te dará diez de las tribus a ti. – Número de diapositiva 8
9
Dios permitirá que Salomón sea rey por el resto de su vida, pero le quitará el reino a su hijo y te dará diez de las tribus a ti. – Número de diapositiva 9
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Salomón ha desobedecido las leyes de Dios y ha adorado a otros dioses. Su hijo reinará en Jerusalén, pero tú tendrás poder sobre el resto de Israel. Si obedeces a Dios, Él te bendecirá. – Número de diapositiva 10
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Salomón vio a Jeroboam como una amenaza y trató de asesinarlo. Pero Jeroboam escapó y se fue a Egipto, donde el Rey Shishak lo protegió. – Número de diapositiva 11
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Después de reinar por 40 años, Salomón murió y su hijo Roboam se convirtió en rey. – Número de diapositiva 12
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Los amigos de Jeroboam le enviaron un mensaje a Egipto para informarle que Salomón había muerto. Regresó a tiempo para la coronación del Rey Roboam. Inmediatamente, Jeroboam se convirtió en el cabecilla de aquellos que tenían reclamos para el nuevo rey. – Número de diapositiva 13
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–Tu padre fue un amo muy duro –le dijeron los protestantes a Roboam–. No te queremos como rey a menos que prometas tratarnos mejor que Salomón. <br/>–Dénme tres días para pensarlo –respondió Roboam–. Luego, regresen para recibir mi respuesta.<br/>Las personas se fueron. – Número de diapositiva 14
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Roboam fue a pedir consejo a los ancianos que habían asesorado a su padre Salomón.<br/>–¿Qué creen que debería hacer? –les preguntó.<br/>–Si aceptas ser bueno con ellos y servirlos bien, podrás ser su rey para siempre –respondieron.<br/>Pero Roboam ignoró su consejo. – Número de diapositiva 15
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Por el contrario, recurrió a los hombres jóvenes con los que había crecido para pedirles su opinión.<br/>Ellos dijeron: <br/>–Diles lo siguiente: “Si creen que mi padre fue duro con ustedes, ¡yo seré más duro! ¡Mi padre usaba el látigo con ustedes, pero yo usaré escorpiones!” – Número de diapositiva 16
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Cuando Jeroboam y las personas regresaron tres días más tarde, Roboam los amenazó con aumentar su trabajo y tratarlos más duramente. – Número de diapositiva 17
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Cuando las personas entendieron que el rey se negaba a escucharlos, empezaron a gritar:<br/>–¡Abajo David y todos sus descendientes! ¡Roboam puede ser rey de sus propia familia! ¡Vayámonos a casa!<br/>Como el profeta había predicho, diez tribus abandonaron al rey y solo las tribus de Judá y Benjamín siguieron siendo leales al rey. – Número de diapositiva 18
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El Rey Roboam envió a un oficial llamado Hadoram para forzar a las diez tribus rebeldes de Israel a que trabajaran para él. Pero ellos respondieron apredreando a Hadoram hasta la muerte. Cuando esta noticia llegó a oídos de Roboam, saltó de su carroza y fue inmediatamente a Jerusalén. – Número de diapositiva 19
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Las diez tribus convocaron a Jeroboam y lo nombraron su rey. – Número de diapositiva 20
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La nación de Israel quedó dividida: el Rey Roboam reinaba sobre la tribus de Judá y de Benjamín en Jerusalén, y Jeroboam gobernaba las diez tribus restantes de Israel desde Siquem. – Número de diapositiva 21
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El Rey Roboam reunió un ejército de 180.000 soldados de Judá y de Benjamín para obligar al resto de Israel a reconocerlo como rey. Pero Dios envió al profeta Semaías con el siguiente mensaje: “Dile a Roboam y a las personas de Judá y de Benjamín que no deben luchar contra sus hermanos. Diles que se dispersen y regresen a casa, porque lo que le ha ocurrido a Roboam está de acuerdo con mis deseos”.<br/>Entonces el ejército se fue a su casa como el Señor había ordenado. – Número de diapositiva 22
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Jeroboam pensó, “A menos que sea cuidadoso, las personas querrán un descendiente de David como su rey. Cuando vayan a Jerusalén para ofrecer sacrificios en el Templo, se reconciliarán con el Rey Roboam. Luego, me matarán y le pedirán a él que sea su rey”. Entonces, siguiendo el consejo de sus asesores, el rey hizo dos becerros de oro. Le dijo a las personas:<br/>–No vayan a Jerusalén para rendir culto. De ahora en más estos serán sus dioses. – Número de diapositiva 23
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Uno de estos becerros de oro se colocó en Betel y el otro en Dan. Esto fue un acto de desobediencia extrema que disgustó mucho a Dios. Jeroboam ofreció sacrificios en el altar de los becerros en Betel. También hizo santuarios en las colinas y ordenó sacerdotes que no eran de la tribu sacerdotal de Leví. Ni Jeroboam ni ninguno de los reyes que lo sucedieron confiaron en Dios ni lo obedecieron. Eventualmente, muchos años más tarde, Dios permitió que los asirios invadieran la región y se llevaran a las diez tribus como prisioneras en castigo por su constante desobediencia. – Número de diapositiva 24
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Número de diapositiva 25