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Pablo arrestado en Jerusalén

Pablo es falsamente acusado y arrestado en Jerusalén.
Contribución de Sweet Publishing
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Cuando Pablo regresó a Jerusalén, Santiago le advirtió que se estaban esparciendo rumores falsos de que él había estado enseñando a los judíos que vivían entre los gentiles a dar la espalda a las leyes de Moisés e ignorar las costumbres judías. – Número de diapositiva 1
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Para desmentir estos rumores, Pablo fue al templo con cuatro hombres que practicaban la costumbre judía de la Purificación. – Número de diapositiva 2
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Siete días más tarde, algunos judíos de Asia vieron a Pablo con Trófimo, un gentil de Éfeso, y asumieron erróneamente que Pablo lo había llevado a una parte del Templo que estaba prohibida para los gentiles. Rápidamente, juntaron una multitud de adversarios. – Número de diapositiva 3
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Apresaron a Pablo gritando:<br/>–¡Hombres de Israel, ayúdennos! Este es el hombre que predica en contra de nuestra gente y les dice a todos que desobedezcan las leyes judías. Habla en contra del Templo e incluso contamina este lugar sagrado al traer gentiles. – Número de diapositiva 4
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Pablo fue apresado y arrastrado fuera del Templo, e inmediatamente las puertas se cerraron tras él. Como estaban tratando de matarlo, el comandante del regimiento romano recibió la noticia de que había un gran alboroto en Jerusalén. Inmediatamente llamó a sus soldados y oficiales y se abrió paso entre la multitud. – Número de diapositiva 5
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Cuando la muchedumbre vio al comandante y a las tropas, dejaron de golpear a Pablo. El comandante arrestó a Pablo y lo ató con dos cadenas. Ordenó que fuera llevado a la fortaleza. La multitud iba detrás gritando:<br/>–¡Mátenlo! ¡Mátenlo! – Número de diapositiva 6
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Cuando Pablo estaba a punto de ser llevado dentro, el comandante preguntó:<br/>–¿Acaso no eres el egipcio que lideró una rebelión hace algún tiempo y se llevó 4000 rebeldes al desierto?<br/>–No –respondió Pablo–. Soy un judío y ciudadano de Tarso, en Cilicia. Por favor, déjame hablar con estas personas.<br/>El comandante aceptó y la multitud guardó silencio. – Número de diapositiva 7
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Pablo entonces les explicó que se había criado en Jerusalén y había estudiado bajo la dirección de Gamaliel. Admitió que había perseguido a los cristianos. Les contó cómo Jesús se le había aparecido en su camino a Damasco y cómo había recurrido al nombre del Señor para que sus pecados fueran perdonados para luego recibir el bautismo. – Número de diapositiva 8
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Pero cuando Pablo dijo que Dios lo había enviado para traer las buenas nuevas de Jesús a los gentiles, hubo un clamor. La muchedumbre gritó, arrojó sus abrigos y lanzó puñados de polvo al aire. – Número de diapositiva 9
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El comandante llevó a Pablo hacia adentro y ordenó que lo azotaran a latigazos para hacerlo confesar su crimen. – Número de diapositiva 10
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Pablo le dijo al oficial que tenía cerca:<br/>–¿Es legal azotar a un ciudadano romano que ni siquiera ha sido juzgado?<br/>Los ciudadanos romanos no podían recibir castigos sin un juicio. – Número de diapositiva 11
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Cuando el oficial escuchó esto, se acercó al comandante y le preguntó:<br/>–¿Qué estás haciendo? ¡Este es un ciudadano romano! – Número de diapositiva 12
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El comandante se acercó y le preguntó a Pablo:<br/>–¿Eres un ciudadano romano?<br/>–Sí, ciertamente que lo soy –respondió Pablo.<br/>–Yo también lo soy –murmuró el comandante– ¡y tuve que pagar mucho dinero para obtener la ciudadanía!<br/>Pablo respondió–: ¡Pero yo soy ciudadano de nacimiento!<br/>Pablo fue desatado inmediatamente. – Número de diapositiva 13
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Al día siguiente, el comandante ordenó que los principales sacerdotes se reunieran en una sesión con el consejo supremo de los judíos. Quería averiguar cuál era el problema y llevó a Pablo ante ellos. – Número de diapositiva 14
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Pablo empezó:<br/>–Hermanos, ¡siempre he vivido ante Dios con una conciencia clara!<br/>Inmediatamente, Ananías, el Sumo Sacerdote, ordenó a aquellos que estaban cerca de Pablo que lo abofetaran en la boca.<br/>–¿Qué clase de juez eres tú para romper la ley al ordenar que me golpeen de esta forma? –preguntó Pablo. – Número de diapositiva 15
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Pablo sabía que algunos miembros del consejo supremo eran saduceos y algunos eran fariseos, así que gritó:<br/>–¡Hermanos, yo soy un fariseo, en juicio porque creo en la resurrección de los muertos! – Número de diapositiva 16
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Los miembros del consejo empezaron a discutir ya que los saduceos no creían en la resurrección ni en los ángeles ni el los espíritus, pero los fariseos sí creían en estos. En el alboroto que se produjo, el comandante temía por la seguridad de Pablo y ordenó que sus soldados lo rescataran por la fuerza y lo llevaran nuevamente a la fortaleza. – Número de diapositiva 17
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Esa noche, el Señor se apareció a Pablo y le dijo:<br/>–Anímate, Pablo. Tal como has sido mi testigo aquí en Jerusalén, así debes predicar las Buenas Nuevas en Roma también. – Número de diapositiva 18
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A la mañana siguiente, un grupo de judíos se reunió e hizo un juramento de no comer ni beber hasta que hubieran matado a Pablo. – Número de diapositiva 19
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Se presentaron ante los principales sacerdotes y ancianos y les dijeron:<br/>–Hemos jurado no comer nada hasta que hayamos matado a Pablo. Así que ustedes y el consejo supremo deben pedirle al comandante que traiga a Pablo aquí nuevamente para que podamos matarlo en el camino. – Número de diapositiva 20
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Pero el sobrino de Pablo, el hijo de su hermana, escuchó el plan y fue a la fortaleza para contarle a Pablo. Pablo le pidió a uno de los oficiales romanos:<br/>–Lleva a este jovencito ante el comandante. Tiene algo importante que decirle. – Número de diapositiva 21
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Después de escuchar el complot, el comandante llamó a dos de sus oficiales y les ordenó:<br/>–Reúnan a 200 soldados y que estén listos para partir hacia Cesárea esta noche a las nueve horas. También traigan 200 lanceros y 70 tropas a caballo. Dénle caballos a Pablo y llévenlo protegido ante el gobernador Félix.<br/>Les dio la siguiente carta para el gobernador Félix: – Número de diapositiva 22
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“Este hombre fue apresado por algunos judíos que querían matarlo cuando yo llegué con mis tropas. Cuando supe que era un ciudadano romano, lo llevé a un sitio protegido. Las acusaciones contra él se refieren a sus leyes religiosas, pero no hay nada que justifique la prisión o la muerte. Me acaban de informar que hay un complot para asesinarlo, así que lo envié contigo inmediatamente. Les he informado a sus acusadores que presenten sus cargos ante ti”. – Número de diapositiva 23
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Esa noche, los soldados escoltaron a Pablo hasta Antipatris. Regresaron a la fortaleza a la mañana siguiente, mientras las tropas a caballo llevaron a Pablo a Cesárea.<br/>–Escucharé tu casa personalmente cuando lleguen tus acusadores –le dijo el gobernador a Pablo. – Número de diapositiva 24
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