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Parábola de la mala hierba

Jesús enseña sobre el Reino de los Cielos usando una parábola sobre la mala hierba (cizaña) en un campo de trigo.
Contribución de Sweet Publishing
1
Una gran multitud se reunió en la costa y Jesús les enseñó desde un bote. Él les contó parábolas para ayudarlos a entender cómo era el Reino de los Cielos. – Número de diapositiva 1
2
Jesús dijo:<br/>–El Reino de los Cielos es como un hombre que sembró una semilla buena en su campo. – Número de diapositiva 2
3
Pero mientras todos dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y luego se fue. – Número de diapositiva 3
4
Cuando brotó el trigo, también apareció la cizaña. Los sirvientes del dueño le preguntaron: “Señor, ¿acaso no habías plantado solo semillas buenas en tu campo? ¿De dónde salió la cizaña?” – Número de diapositiva 4
5
Él respondió: “Un enemigo hizo esto”. Los sirvientes preguntaron: “¿Quieres que vayamos y las arranquemos?” Él respondió: “No, porque cuando arranquen la cizaña, también podrían arrancar el trigo. Dejen que ambos crezcan hasta la cosecha. Luego yo les diré a los cosechadores que recojan la cizaña primero y la aten en fardos para quemarla. Después de eso, recogerán el trigo y lo traerán a mi granero. – Número de diapositiva 5
6
Cuando Jesús dejó a la multitud y fue a una casa, sus discípulos le pidieron que les explique la parábola. Jesús respondió:<br/>–La persona que sembró la semilla buena es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo y la semilla buena representa las personas del reino. – Número de diapositiva 6
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La cizaña son las personas del maligno, y el enemigo que sembró la cizaña es el diablo. La cosecha es el fin de los tiempo y los cosechadores son los ángeles. – Número de diapositiva 7
8
Tal como la cizaña es recogida y quemada en el fuego al final de los tiempos, el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles para recoger a todos aquellos que han provocado a las personas para que cometan pecados y a todos aquellos que realicen actos malvados. Los arrojarán en un horno ardiente, donde habrá llanto y crujir de dientes. Luego, las personas de Dios brillarán como el sol en el Reino del Padre. El que tiene oídos para oír, que oiga. – Número de diapositiva 8
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Número de diapositiva 9