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Moisés y Aarón fueron al rey de Egipto y le dijeron: ‘El Señor Dios dice: «Deja que mi pueblo vaya al desierto, para que me honren con una fiesta allí».’ – Número de diapositiva 1
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Pero el rey de Egipto hizo trabajar aún más a los esclavos hebreos, obligándolos a encontrar la paja que necesitaban para hacer ladrillos.<br/>Moisés oró: 'Señor, ¿por qué has traído tanto problema a tu pueblo? ¿Es por eso que me enviaste aquí? Desde que me dijiste que hablara con el rey, no ha causado más que problemas a esta gente. Y no has hecho nada para ayudar.’<br/>Y cuando Moisés le mostró al rey cómo Dios podía convertir su bastón en una serpiente, el rey llamó a sus magos para que hicieran lo mismo. – Número de diapositiva 2
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El Señor le dijo a Moisés:<br/>«El rey egipcio se niega obstinadamente a cambiar de opinión y dejar ir al pueblo. Mañana por la mañana toma el palo que se convirtió en serpiente y luego espera al rey junto al río Nilo».<br/>Moisés y Aarón obedecieron al SEÑOR. Aarón extendió su bastón y luego golpeó el Nilo, mientras el rey y sus oficiales observaban. El río se convirtió en sangre, los peces murieron y el agua olía tan mal que ninguno de los egipcios podía beberla.<br/>Pero los magos egipcios usaron sus poderes secretos para hacer lo mismo. El rey hizo tal como el SEÑOR le había dicho; obstinadamente se negó a escuchar. – Número de diapositiva 3
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Entonces Dios le dijo a Moisés que le dijera a Aarón que sostuviera su vara sobre el agua. Las ranas vinieron de todos los ríos, canales y estanques de Egipto y cubrieron la tierra. Las ranas saltaron al palacio real, al dormitorio del rey e incluso a su cama.<br/>El rey llamó a Moisés y le prometió: ‘Si le pides al Señor que quite estas ranas de mí y de mi pueblo, dejaré ir a tu pueblo y le ofreceré sacrificios.’<br/>El Señor escuchó a Moisés, y todas las ranas murieron. Las colocaron en montones, y todo el país comenzó a apestar.<br/>Pero luego el rey cambió de opinión y se negó a dejar ir a los esclavos hebreos. – Número de diapositiva 4
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El Señor le dijo a Moisés: «Ordena a Aarón que golpee la tierra con su bastón, y en todo Egipto el polvo se convertirá en piojos».<br/>Los mosquitos pululaban por todas partes. Cuando los magos intentaron usar sus poderes secretos para hacer esto, fallaron y admitieron ante el rey: 'Dios ha hecho esto'.<br/>Pero, el rey era demasiado terco para escuchar.<br/>Entonces Dios envió una plaga de moscas pero el rey se mantuvo terco. – Número de diapositiva 5
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Luego Dios envió una plaga y todos los animales pertenecientes a los egipcios murieron, pero todos los animales pertenecientes a los esclavos hebreos vivieron. Cuando el rey se enteró, todavía era demasiado terco para dejar ir a la gente. – Número de diapositiva 6
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El SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: «Toma unos puñados de cenizas de una estufa y tú, Moisés, échalas al aire. Asegúrate de que el rey esté mirando. Las cenizas soplarán sobre la tierra de Egipto, provocando llagas en personas y animales».<br/>Todo sucedió tal como el Señor le había dicho a Moisés, pero el rey era demasiado terco para cambiar de opinión. – Número de diapositiva 7
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Luego, el Señor le dijo a Moisés: «Extiende tu brazo hacia el cielo, para que caiga granizo sobre las personas, los animales y las cosechas en la tierra de Egipto».<br/>El trueno rugió y los relámpagos destellaron de un lado a otro, golpeando el suelo. Esta fue la peor tormenta en la historia de Egipto. Las personas, los animales y los cultivos fueron golpeados por el granizo y la corteza fue arrancada de los árboles. Solo Gosén, donde vivían los esclavos hebreos, estaba a salvo de la tormenta.<br/>Cuando el rey le rogó a Moisés que le pidiera a Dios que detuviera la tormenta, Moisés oró y la tormenta se detuvo. El rey accedió a dejar ir a los hombres y adorar a Dios en el desierto, pero sus familias tuvieron que quedarse en Egipto. Luego persiguió a Moisés y Aarón fuera de su palacio. – Número de diapositiva 8
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El Señor le dijo a Moisés: «Extiende tu brazo hacia Egipto. Vendrán enjambres de langostas y se comerán todo lo que deje el granizo».<br/>La tierra estaba negra de langostas, y se comieron todo lo que quedaba en los árboles y en los campos. No quedó nada verde en Egipto, ni un árbol ni una planta.<br/>El rey les dijo: ‘He desobedecido al Señor vuestro Dios. Perdóname y pídele al Señor que detenga estos insectos.’<br/>Moisés salió del palacio y oró. El Señor envió un fuerte viento del oeste que arrastró las langostas al Mar Rojo. Pero el rey era tan terco que aún se negaba a dejar ir a todos los esclavos hebreos. – Número de diapositiva 9
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El Señor le dijo a Moisés: «Extiende tu brazo hacia el cielo, y todo se cubrirá con una oscuridad lo suficientemente espesa como para tocarla».<br/>Egipto estuvo cubierto de oscuridad durante tres días. Los egipcios no podían verse ni salir de sus casas, pero había luz donde vivían los esclavos hebreos.<br/>El Rey dijo que los hombres y mujeres podían irse a adorar a Dios en el desierto pero todos sus animales y rebaños tenían que quedarse en Egipto. Le dijeron a Moisés: ‘¡Sal y quédate fuera! ¡Si alguna vez vuelves, estás muerto!’ – Número de diapositiva 10
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Moisés advirtió al rey de una terrible plaga por venir. ‘Cerca de la medianoche el Señor pasará por la tierra de Egipto y dondequiera que vaya, el primogénito de cada familia morirá.’<br/>Entonces Moisés les dijo a los esclavos hebreos cómo Dios perdonaría a sus primogénitos.<br/>Cada familia debe elegir una oveja y matarla para la Pascua. Haz un cepillo con algunas ramas pequeñas de una planta de hisopo y sumérgelo en el recipiente que tiene la sangre del animal. Luego cepille un poco de la sangre sobre la puerta y en los postes a cada lado de la puerta de su casa. Después de esto, todos deben quedarse adentro hasta la mañana. – Número de diapositiva 11
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A la medianoche el Señor pasó sobre Egipto y murió el primogénito de cada familia egipcia. Pero aquellos en las casas protegidas por la sangre en los marcos de las puertas sobrevivieron. – Número de diapositiva 12
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El rey mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: ‘¡Saquen a su pueblo de mi tierra y déjennos en paz! Ve y adora al Señor, como lo has pedido. Tomen sus ovejas, cabras y vacas y salgan. Pero pídele a tu Dios que sea bueno conmigo.’<br/>Los esclavos hebreos salieron de Egipto con tanta prisa que no tuvieron tiempo de preparar ningún alimento excepto la masa de pan hecha sin levadura. Entonces hornearon la masa sin levadura e hicieron pan delgado. Salieron de Egipto exactamente 430 años después de su llegada. – Número de diapositiva 13
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Número de diapositiva 14