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Un centurión romano tenía a un criado que estaba gravemente enfermo – Número de diapositiva 1
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El centurión y sus soldados tenían su guarnición muy cerca de Capernaum (el pueblo en que vivía Jesús mientras recorría Galilea enseñando) – Número de diapositiva 2
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El centurión envió a unos ancianos de los judíos para que le pidieran a Jesús que sanara al siervo del centurión. – Número de diapositiva 3
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Los ancianos fueron donde Jesús y le rogaron diciendo: es digno de que le concedas esto, porque él ama al pueblo de Israel y nos construyó una sinagoga. – Número de diapositiva 4
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Jesús fue a la casa del centurión. Según sus tradiciones, un judío nunca entraba a la casa de un gentil (no judío). Justo antes de que Jesús entrara en su casa, el centurión envió un mensaje a Jesús por medio de sus amigos. – Número de diapositiva 5
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“Señor, no te molestes en entrar en mi casa, porque yo no soy digno de semejante honor. Solo di la palabra desde donde estás, y mi siervo sanará. Yo estoy bajo la autoridad de mis superiores, y yo mismo tengo soldados bajos mis órdenes. Digo a éste: Vé, y va – Número de diapositiva 6
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Al oír esto, Jesús se maravilló de él. – Número de diapositiva 7
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Volviéndose a la gente que le seguía, les dijo: Ni aún en Israel he hallado tanta fe. – Número de diapositiva 8
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Cuando los amigos del centurión volvieron a la casa, encontraron al siervo completamente restaurado. – Número de diapositiva 9
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Número de diapositiva 10