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Eventualmente, Jacob y Raquel tuvieron un hijo que se llamó José. – Número de diapositiva 1
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Jacob le dijo a Labán que quería regresar a su país natal de Canaán. Labán sabía que Jacob había hecho un excelente trabajo cuidando sus ovejas y su ganado, y no quería perderlo.<br/>–Dime cuánto quieres que te pague y te lo daré –respondió. – Número de diapositiva 2
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Jacob respondió:<br/>–Me quedaré y trabajaré para ti si me dejas ir por tus rebaños y separar todas las ovejas y cabras manchadas o moteadas, además de todos los corderos negros. Ellos serán mi salario.<br/>Labán aceptó. – Número de diapositiva 3
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Jacob notó que si pelaba la corteza de los álamos, almendros y plátanos y colocaba las ramas frente a los comederos donde los rebaños bebían, cuando se apareaban, nacían crías que con rayas, manchas o motas, y, por lo tanto, eran suyas. – Número de diapositiva 4
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Separó los rebaños para sí mismo, y estos rebaños crecieron en número y se hicieron más fuertes que aquellos que pertenecían a Labán. De esta manera, Jacob se volvió muy rico y tenía muchos sirvientes. – Número de diapositiva 5
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Los hijos de Labán protestaron diciendo que los rebaños de Labán no eran tan buenos como los rebaños de Jacob. Jacob pronto notó que la actitud de Labán hacia él había cambiado. – Número de diapositiva 6
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Entonces, el Señor le dijo a Jacob:<br/>–Regresa a la tierra de tus padres y estaré contigo.<br/>Raquel y Lea aceptaron volver a Canaán con Jacob. Subieron a sus camellos y se llevaron sus manadas con ellos. Pero no le dijeron a Labán que se iban. Antes de irse, Raquel robó los dioses de la casa de su padre Labán. – Número de diapositiva 7
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Tres días más tarde, Labán se enteró de que Jacob se había ido. Inmediatamente salió a perseguirlo. – Número de diapositiva 8
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Jacob había montado su tienda en los montes de Galaad. Después de siete días, Labán dio alcance a Jacob. Pero en un sueño, Dios le advirtió a Labán que no le dijera nada bueno o malo a Jacob. – Número de diapositiva 9
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–¿Por qué huiste y me engañaste? –preguntó Labán–. Ni siquiera me dejaste despedirme de mis nietos y mis hijas. – Número de diapositiva 10
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–¿Y por qué robaste mis dioses?<br/>Jacob le respondió que no se despidió porque temía que Labán no lo dejase partir. Jacob no sabía que Raquel había robado los dioses de su padre y dijo:<br/>–Si encuentras al que ha robado tus dioses, esa persona morirá. – Número de diapositiva 11
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Labán empezó a buscar en las tiendas y no encontró nada. Raquel había ocultado los dioses en el bolsa de la montura de su camello, que se encontraba en su tienda. Ella se sentó sobre la bolsa de la montura y se negó a pararse mientras su padre registraba la tienda. Labán no encontró a sus dioses. – Número de diapositiva 12
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Jacob se enojó:<br/>–¿Encontraste tus dioses robados? Trabajé duro para ti y te traté justamente. Dios es testigo de mi sufrimiento y en el sueño que tuviste Él te reprendió. – Número de diapositiva 13
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Labán respondió:<br/>–Todo lo que ves es mío, pero ¿qué puedo hacer? Hagamos un acuerdo.<br/>Los dos hombres juntaron piedras y las apilaron. Luego, comieron juntos. – Número de diapositiva 14
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Labán prometió no atravesar las pila de piedras para lastimar a Jacob y Jacob prometió no atravesar las pila de piedras para lastimar a Labán. Hicieron un juramento en nombre de Dios y ofrecieron un sacrificio. A la mañana siguiente, Labán se despidió de sus hijas y sus nietos y regresó a su hogar. – Número de diapositiva 15
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