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Cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque estaba en lo incorrecto (Gálatas 2:11). – Número de diapositiva 1
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Antes de que los visitantes de Jerusalén enviados por Santiago llegaran a Antioquía, él estaba feliz de comer con los gentiles. – Número de diapositiva 2
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Pero cuando llegaron, comenzó a apartarse de los gentiles. Tenía miedo de esos judíos estrictos que creían que los cristianos gentiles tenían que seguir todas las leyes judías. – Número de diapositiva 3
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Otros judíos siguieron el ejemplo de Pedro, de tal manera que hasta Bernabé fue extraviado por su hipocresía. – Número de diapositiva 4
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En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Negro, Lucio de Cirene, Manaén (el que se había criado junto con Herodes el tetrarca) y Saulo. – Número de diapositiva 5
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Mientras ministraban al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado”. – Número de diapositiva 6
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Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. – Número de diapositiva 7
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Los dos, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia y de allí navegaron a Chipre. – Número de diapositiva 8
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Llegados a Salamina, predicaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Juan Marcos estaba con ellos como ayudante. – Número de diapositiva 9
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Viajaron por toda la isla hasta llegar a Pafos. – Número de diapositiva 10
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Allí conocieron a un hechicero judío y falso profeta llamado Barjesús, que era asistente del procónsul Sergio Paulo. – Número de diapositiva 11
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El procónsul, hombre inteligente, mandó llamar a Bernabé y a Saulo, porque quería oír la palabra de Dios. – Número de diapositiva 12
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Pero se les oponía Elimas el hechicero (porque así significa su nombre), y procuraba apartar de la fe al procónsul. – Número de diapositiva 13
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Entonces Saulo, que también se llamaba Pablo, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente a Elimas y le dijo: “Tú eres un hijo del diablo y enemigo de todo lo que es justo. Estás lleno de toda clase de engaños y artimañas. ¿No dejarás nunca de pervertir los caminos rectos del Señor? Ahora la mano del Señor está contra ti. Vas a quedar ciego por un tiempo, y ni siquiera podrás ver la luz del sol”. – Número de diapositiva 14
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Al instante lo envolvieron tinieblas y oscuridad, y andaba a tientas, buscando a alguien que lo guiara de la mano. Al ver el procónsul lo que había sucedido, creyó, porque estaba admirado de la doctrina del Señor. – Número de diapositiva 15
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Número de diapositiva 16