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El llamado y la primera visión de Ezequiel

Ezequiel tiene una visión y es llamado a ser el mensajero de Dios para los judíos cautivos en Babilonia.
Contribución de Sweet Publishing
1
En 597 a. C., tras una rebelión contra Babilonia, los babilonios llevaron cautivo a un gran grupo de los judíos más educados y capaces de Judá. Entre ellos se encontraba un sacerdote de 25 años llamado Ezequiel. – Número de diapositiva 1
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Los cautivos fueron llevados a Babilonia donde vivieron como esclavos junto al río Quebar. (Algunos piensan que esto era Quebar, al norte de Babilonia. Otros piensan que era el Gran Canal de Babilonia, que se bifurcaba desde el río Éufrates). – Número de diapositiva 2
3
Ezequiel había estado viviendo en Babilonia durante 5 años cuando, el 31 de julio de 593 a.C., Dios le habló en una visión. – Número de diapositiva 3
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Vio una nube grande y muy brillante llena de fuego envolvente. La nube irradiaba una luz ámbar brillante. – Número de diapositiva 4
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Dentro de la nube vio cuatro criaturas que parecían hombres, pero cada una tenía cuatro caras y cuatro alas. Al frente tenían el rostro de un hombre. A la derecha tenían cara de león – Número de diapositiva 5
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Mientras Ezequiel miraba, notó ruedas del color del berilo al lado de cada una. Había una rueda dentro de cada rueda para que pudieran moverse en cualquier dirección y las llantas de las ruedas estaban llenas de ojos. Dondequiera que fueran las criaturas, las ruedas iban con ellas porque el espíritu de las criaturas estaba en las ruedas. El ruido de sus alas era como el estruendo de las aguas o de un ejército poderoso. – Número de diapositiva 6
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Encima de las cuatro criaturas había un espacio de cristal impresionante y un trono de zafiro. En el trono estaba Alguien con apariencia de hombre. Su mitad inferior era como fuego y Su mitad superior era del color del ámbar y el fuego con un color brillante alrededor como un arco iris. – Número de diapositiva 7
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Ezequiel sabía que estaba viendo la gloria de Dios e inmediatamente cayó sobre su rostro. – Número de diapositiva 8
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Dios dijo: “Hijo de hombre, levántate y te hablaré”. El Espíritu de Dios entró en Ezequiel y lo puso de pie. – Número de diapositiva 9
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Dios se dirigió a Ezequiel: “Hijo de hombre, te envío para que seas mi mensajero a los judíos que me han desobedecido y se han rebelado contra mí. Toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón” – Número de diapositiva 10
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“Ya sea que elijan escuchar o no, sabrán que eres mi profeta. No les temas a ellos ni a lo que dicen”. – Número de diapositiva 11
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Son tan rebeldes que será como vivir entre espinas y escorpiones. – Número de diapositiva 12
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“Quieran escuchar o no, diles mis palabras. Obedéceme y come lo que te doy” – Número de diapositiva 13
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Ezequiel miró y vio una mano extendida con un pergamino. Escritas a ambos lados del rollo había palabras de lamento y aflicción. – Número de diapositiva 14
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La Voz dijo: “Come el rollo y di las palabras a los judíos rebeldes”. Ezequiel abrió la boca y Dios le dio de comer el pergamino. Sabía dulce como la miel. Dios le aseguró a Ezequiel que no lo estaba enviando a extraños o aquellos que hablaban un idioma diferente, sino a su propia gente. Sin embargo, advirtió a Ezequiel que no lo escucharían y que no debía desanimarse por sus reacciones. Haría fuerte a Ezequiel con una frente más fuerte que el pedernal. – Número de diapositiva 15
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El Espíritu de Dios levantó a Ezequiel y escuchó una voz atronadora detrás de él: “¡Bendita la gloria del Señor!” El ruido aumentó cuando los seres vivientes movieron sus alas y las ruedas a su lado. – Número de diapositiva 16
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El Espíritu de Dios llevó a Ezequiel a los cautivos que vivían en Tel Abib, junto al río Quebar. Se sentó allí durante siete días sintiéndose abrumado y asombrado, pero sabiendo que Dios lo había fortalecido. – Número de diapositiva 17
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Después de 7 días, Dios volvió a hablar con Ezequiel. Debes pronunciar las palabras de advertencia que te doy. Si te digo que adviertas a los malvados que van a morir y no les adviertes, serás responsable. Pero si les adviertes y no escuchan, no es culpa tuya. – Número de diapositiva 18
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Ezequiel se levantó y salió a la llanura. – Número de diapositiva 19
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De repente, vio la gloria del Señor una vez más y cayó al suelo. – Número de diapositiva 20
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El Espíritu de Dios entró en Ezequiel y lo puso de pie. Le dijo que fuera y se encerrara en su casa. Dios dijo: “Tu lengua se pegará al paladar y estarás mudo. Pero cuando yo te hable, te abriré la boca y declararás: Esto es lo que dice Dios: El que oye, que oiga. El que se niega a oír, que se niegue”. – Número de diapositiva 21
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Por el resto de su vida, Ezequiel se convirtió en un profeta que les dijo a los judíos rebeldes lo que Dios le había dicho que dijera. Tuvo más visiones y advirtió a los judíos del juicio de Dios sobre ellos por su desobediencia. – Número de diapositiva 22
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Ezequiel también les contó a los judíos rebeldes acerca de la promesa de Dios de traerlos de regreso a su propia tierra cuando se hubieran arrepentido y se hubieran vuelto a Él. – Número de diapositiva 23
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Número de diapositiva 24